Fundada en 1992, TEXA se ha hecho un nombre en el sector del automóvil gracias a su marcada capacidad para innovar y anticiparse a las necesidades del reparador de automóviles. TEXA fue la primera en introducir, por ejemplo, la teleasistencia, el telediagnóstico, la indexación en buscadores, el diagnosis en los sectores de camiones, motos y todoterrenos, y las estaciones de recarga bigas.

Hoy estamos en vísperas de una revolución aún más explosiva que la que vio a finales de los años 80 cómo la electrónica sustituía cada vez más a los componentes mecánicos hasta llegar a los vehículos actuales, en los que cada función está regulada por una unidad de control.

La propulsión eléctrica e híbrida, que empezó sin hacer ruido hace unos años, está llamada a revolucionar el trabajo del técnico reparador en los próximos dos o tres años. Ante este cambio de época, TEXA, apoyándose en su extraordinaria experiencia tecnológica y en sus más de 150 personas dedicadas a la investigación y el desarrollo, a las que se han añadido otras 50 dedicadas a este proyecto, ha decidido actuar de forma radical, creando un departamento que no sólo estudiaría sus repercusiones en el taller, sino que incluso diseñaría un sistema de propulsión eléctrica, abordando así todos sus problemas y pudiendo adquirir una experiencia práctica inimitable. Fiel a su concepto de innovación, TEXA decidió fabricar su primer propulsor eléctrico no ajustándose a la arquitectura de flujo radial, más sencilla y extendida, utilizada en los vehículos Tesla, por ejemplo, sino desarrollando la arquitectura de flujo axial, en la que el campo magnético circula axialmente entre los rotores y los estatores.

Esta tecnología se caracteriza por unas mejores características de par, una eficiencia más ventajosa y una huella mucho menor, casi la mitad que la de un radial, lo que permite construir vehículos más ligeros y, para un mismo peso, con mejores prestaciones.
El motor TEXA ya ha demostrado unas prestaciones excepcionales y ha despertado el interés de prestigiosas marcas automovilísticas, pero sobre todo ha permitido a TEXA acumular una riqueza de conocimientos técnicos desconocida para cualquier competidor. El futuro de TEXA es, por tanto, estar cada vez más cerca de la mecánica y, al mismo tiempo, desarrollar soluciones de equipo original para los fabricantes que le permitan mantenerse a la vanguardia de la tecnología.